EL SUBSUELO

Actuación arqueológica en la Catedral  entre los años 2010 y 2011: canal cerámico de drenaje en el jardín del claustro, enterramiento localizado en la panda norte y muro de mampostería que pudo pertenecer al antiguo convento de Santa Clara. (Fotografías Clara Martín)

La Catedral de Segovia se encuentra ubicada en la zona alta de la ciudad, en uno de los puntos con mayor interés arqueológico del recinto amurallado. Las excavaciones que se han venido practicando en estas últimas décadas en el entorno del monumento dan muestra de la ocupación de este espacio desde la Segunda Edad del Hierro (siglos III–I a. C.) continuando con los hallazgos de cronología romana (ss. I-IV d. C.) y, por último, con los restos de palacios, viviendas e iglesias de la ciudad medieval (ss. XII-XV).

 

Son varias las actuaciones arqueológicas que se han llevado a cabo en la Catedral, todas ellas vinculadas a las diferentes obras de restauración y mejora que se han efectuado en el templo. Estas se han centrado fundamentalmente en los espacios del claustro y del enlosado.

 

 

 

El claustro

Las diferentes intervenciones desarrolladas en este espacio han permitido documentar el uso de este lugar como zona de enterramiento. A lo largo de la Edad Moderna y hasta bien entrado el siglo XIX, se ha destinado el claustro como cementerio, no solo del clero, sino también de los ciudadanos. Así queda recogido en los Estatutos y Derechos Funerales de la Catedral:

 

    Yten estatuieron y ordenaron que en cualquier parte del claustro se paguen por cualquier sepultura 2000 mrs., salvo que en los ángulos y nave de la mano derecha no se mande abrir sepulturas sino fuere con particular acuerdo de el Cabildo, y a los  pobres en la parte de el claustro que al Fabriquero le pareciere mas conveniente y se an de dar gratis. (Estatutos de fines del siglo XVII a inicios del XVIII, art. 112).

 

    [Sobre las funciones del sepulturero]: Si se halla la piedra en el fondo de alguna sepultura, se pagará además el coste de picarla.

           Se habilitarán seis sepulturas, dos de cada clase para prevención en el claustro, entendiéndose la 1ª clase las que están más cerca a la capilla del Sr. Cabrera, cuyo tramo queda señalado y repartido en tres estancias para las tres clases y en ellas caben de cuarenta cincuenta sepulturas a lo largo y no al través como ahora están. (Derechos Funerales, 30 de octubre de 1832).

 

 Bajo la necrópolis se identificó un conjunto de depósitos de tierra destinados a nivelar el terreno. De este modo fue posible asentar correctamente el claustro a finales del siglo XVI. Hay que tener en cuenta que hay un desnivel cercano a los siete metros entre la Plaza Mayor y la calle Refitolería, espacios situados al norte y sur de la Catedral respectivamente.

 

Muro que, paralelo a la cerca perimetral del enlosado, pudo pertenecer al antiguo convento de Santa Clara. (Fotografías Clara Martín)

La panda norte del claustro

La panda norte del claustro estaba reservada al Cabildo de la Catedral, quien decidía qué personas podían enterrarse en este lugar. Los dos sondeos practicados en este espacio han permitido comprobar que eran fundamentalmente personas del clero a las que aquí se dio sepultura, a tenor de los restos de ropaje que se han recuperado.

 

 En una de las sepulturas, bajo el cráneo del difunto, se ha localizado una lipsanoteca o relicario. Esta pieza, labrada en piedra caliza, contenía diferentes reliquias envueltas en un paño de lino que dan muestra de la pervivencia de este rito en el siglo XVIII.

El enlosado

 

 Durante la construcción del enlosado a finales del siglo XVI, no se concluyen las obras en su lado sur, quedando un talud de tierra hacia la calle Refitolería. En las obras de restauración ejecutadas entre los años 2009 a 2011 se decidió adecuar este espacio con las escaleras originalmente previstas y una rampa de acceso para minusválidos. Dicho proyecto supuso el desmonte parcial del talud y contó con un estudio arqueológico paralelo.

 

 Los resultados obtenidos aportaron información sobre la manzana de edificios que aquí se encontraban antes de la construcción de la Catedral (convento de Santa Clara y viviendas de la judería). Se localizaron varios muros de mampostería casi totalmente arrasados, así como los depósitos de tierra que fueron necesarios para nivelar el terreno y levantar tanto los muros de la Catedral como los del enlosado. Varios de estos muros actualmente son visibles junto a la rampa de acceso de minusválidos y en las estancias que se encuentran bajo la panda sur del claustro.

 

 Los restos arqueológicos de cronología más antigua que se identificaron en esta actuación se corresponden con un pequeño paramento de piedra y un depósito de tierra asociado al mismo. Ambos fueron localizados en el único sondeo practicado en el talud, en su zona sureste, y pertenecen al periodo romano altoimperial (ss. I-II d. C.).

 

Muro en el terraplén sur del enlosado. (Fotofrafía Clara Martín)

Secuencia del hallazgo del relicario del siglo XVIII localizado en la panda norte del claustro. (Fotografías Clara Martín)