EL SUEÑO DE LA LUZ A TRAVÉS DEL PORTICO EN LA CATEDRAL DE LEÓN

ESTADO DE CONSERVACIÓN DEL CARTÓN DE MONTAJE DE LA VIDRIERA

Además de la inspiración en modelos de otras artes, los maestros vidrieros contaban con documentos gráficos -grabados, dibujos, diseños preparativos, cartones, etc-. Eran herramientas muy útiles en el taller para el aprendizaje, la inspiración, la descripción de todas las cuestiones técnicas, formales y estilísticas de la futura obra e incluso para la conservación y restauración de la obra final. Este tipo de cartón, a escala real, se utilizaba también como patrón para el corte de las piezas de vidrio. Su soporte es celulósico (propio de finales del siglo XIX) y también de papel vegetal. En él se realizaron anotaciones en lápiz de grafito (para las líneas del dibujo y los nombres de los colores) y en tintas de color (para trazar la red de emplomados). Cada lanceta se compone de 40 secciones de papel; los triángulos de 3 y el óculo de remate de 6. El estado de conservación se agravó por el uso y manipulación del conjunto, el sistema de almacenaje (que provocó deformaciones, arrugas, pliegues, desgarros y/o pérdidas), el mismo material (que se autodregrada por su inestabilidad química), diversos agentes contaminantes (manchas de suciedad, detritus de insectos, sangre de cortes en los dedos, productos de restauración, etc) o incluso anteriores reparaciones con cintas adhesivas. VOLVER

© arc restauración y gestión cultural, s.l.

Además de la inspiración en modelos de otras artes, los maestros vidrieros contaban con documentos gráficos -grabados, dibujos, diseños preparativos, cartones, etc-. Eran herramientas muy útiles en el taller para el aprendizaje, la inspiración, la descripción de todas las cuestiones técnicas, formales y estilísticas de la futura obra e incluso para la conservación y restauración de la obra final. Este tipo de cartón, a escala real, se utilizaba también como patrón para el corte de las piezas de vidrio. Su soporte es celulósico (propio de finales del siglo XIX) y también de papel vegetal. En él se realizaron anotaciones en lápiz de grafito (para las líneas del dibujo y los nombres de los colores) y en tintas de color (para trazar la red de emplomados). Cada lanceta se compone de 40 secciones de papel; los triángulos de 3 y el óculo de remate de 6. El estado de conservación se agravó por el uso y manipulación del conjunto, el sistema de almacenaje (que provocó deformaciones, arrugas, pliegues, desgarros y/o pérdidas), el mismo material (que se autodregrada por su inestabilidad química), diversos agentes contaminantes (manchas de suciedad, detritus de insectos, sangre de cortes en los dedos, productos de restauración, etc) o incluso anteriores reparaciones con cintas adhesivas.
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Además de la inspiración en modelos de otras artes, los maestros vidrieros contaban con documentos gráficos -grabados, dibujos, diseños preparativos, cartones, etc-. Eran herramientas muy útiles en el taller para el aprendizaje, la inspiración, la descripción de todas las cuestiones técnicas, formales y estilísticas de la futura obra e incluso para la conservación y restauración de la obra final. Este tipo de cartón, a escala real, se utilizaba también como patrón para el corte de las piezas de vidrio. Su soporte es celulósico (propio de finales del siglo XIX) y también de papel vegetal. En él se realizaron anotaciones en lápiz de grafito (para las líneas del dibujo y los nombres de los colores) y en tintas de color (para trazar la red de emplomados). Cada lanceta se compone de 40 secciones de papel; los triángulos de 3 y el óculo de remate de 6. El estado de conservación se agravó por el uso y manipulación del conjunto, el sistema de almacenaje (que provocó deformaciones, arrugas, pliegues, desgarros y/o pérdidas), el mismo material (que se autodregrada por su inestabilidad química), diversos agentes contaminantes (manchas de suciedad, detritus de insectos, sangre de cortes en los dedos, productos de restauración, etc) o incluso anteriores reparaciones con cintas adhesivas.
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Además de la inspiración en modelos de otras artes, los maestros vidrieros contaban con documentos gráficos -grabados, dibujos, diseños preparativos, cartones, etc-. Eran herramientas muy útiles en el taller para el aprendizaje, la inspiración, la descripción de todas las cuestiones técnicas, formales y estilísticas de la futura obra e incluso para la conservación y restauración de la obra final. Este tipo de cartón, a escala real, se utilizaba también como patrón para el corte de las piezas de vidrio. Su soporte es celulósico (propio de finales del siglo XIX) y también de papel vegetal. En él se realizaron anotaciones en lápiz de grafito (para las líneas del dibujo y los nombres de los colores) y en tintas de color (para trazar la red de emplomados). Cada lanceta se compone de 40 secciones de papel; los triángulos de 3 y el óculo de remate de 6. El estado de conservación se agravó por el uso y manipulación del conjunto, el sistema de almacenaje (que provocó deformaciones, arrugas, pliegues, desgarros y/o pérdidas), el mismo material (que se autodregrada por su inestabilidad química), diversos agentes contaminantes (manchas de suciedad, detritus de insectos, sangre de cortes en los dedos, productos de restauración, etc) o incluso anteriores reparaciones con cintas adhesivas.
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