Proyecto de valorización del patrimonio arqueológico.

Este proyecto tiene como objetivo impulsar el estudio y puesta en valor de los importantes elementos arqueológicos del municipio. Entre los años 2016 y 2017 los estudios se han centrado en los mal conservados restos del castillo, situado en el interfluvio del río Tirón y el arroyo del Arroyal, sobre un promontorio rocoso frente al pueblo.

Las primeras referencias documentales sobre este castillo son de época de Alfonso el Batallador, en el siglo XI, sospechándose de la existencia de uno anterior, levantado muy posiblemente durante la repoblación que tuvo lugar en esta zona avanzado el siglo IX. A fin de aclarar estos aspectos y de cara a su progresiva puesta en valor patrimonial, se han planteado un conjunto de intervenciones arqueológicas, iniciadas con una prospección geofísica (2014) y continuadas con sendas campañas de excavación (2016 y 2017).

En una de las áreas intervenidas se ha reconocido el acceso al castillo: dos jambas delimitan una puerta monumental, tras la cual se suceden diversos niveles de pavimento que darían acceso a las diferentes áreas de la fortaleza. En el interior de la torre del homenaje se ha documentado un pavimento que aprovecha como suelo de la primera planta una veta de la roca natural, roca que hace las veces de pared interior.

La documentación realizada hasta el momento nos habla de un edificio inicial de tres plantas, que se redujo a dos en un momento posterior al amortizarse la planta baja. Entre los materiales constructivos documentados destaca el hallazgo de molduras y placas de yeso, probablemente revestimientos del interior de la torre del homenaje. Los numerosos sillares de arenisca encontrados en los niveles de derrumbe habrían cubierto, a modo de forro, la superficie exterior de los alzados, dotando de monumentalidad a la fortaleza.

Se han encontrado pocos restos de cultura material, todos datados entre los siglos XIV y XV, por lo que no es posible confirmar con ellos una datación de este castillo anterior a la baja Edad Media, como cabría suponer a partir de los datos de las fuentes documentales escritas. Por ello no se puede descartar que existiera un castillo anterior en algún otro punto del término, probablemente en el cerro llamado expresamente El Castillo, que está situado inmediatamente al este del emplazamiento excavado, en un lugar cuyo potencial estratégico sí responde a las necesidades de control y dominio del territorio propias de la fase altomedieval.