Pinturas murales de la comarca de Sayago (Zamora)

Una época

La situación fronteriza y la falta de recursos son los rasgos que han caracterizado el desarrollo de la zona por lo que es uno de los territorios más despoblados de Zamora.

Los núcleos rurales empiezan a formarse en torno a los siglos XII-XIII, como atestiguan los elementos constructivos medievales de algunas de las iglesias de esta comarca, aunque pasan prácticamente desapercibidos dada la imagen actual de estas arquitecturas, fruto de renovaciones o construcciones llevadas a cabo en el siglo XVI y que responden a una tipología concreta que también encontramos en el lado portugués.

Son edificios de una sola nave reforzada con arcos diafragma por el interior y contrafuertes al exterior, las cabeceras suelen ser más altas y cuentan con grandes espadañas. El interior se decora con pinturas murales, que servían de catecismo visual para la población al tiempo que era una manera barata de simular trabajos artísticos más elaborados y costosos —como tejidos y retablos— que estas comunidades no se podían permitir.

La pobreza de la comarca de Sayago se agrava con la llegada de la peste cuya influencia también está presente en estas pinturas, que reflejan el temor ante tan contagiosa enfermedad llenando las paredes con aquellos santos que protegen contra la mortal plaga: San Cristóbal, San Blas, San Sebastián, San Cosme y San Damián y sobre todo San Roque.

“Viva San Roque, si viene la peste que no me toque” canción popular


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