Calle Albaicín

Es sabido que el Albaicín es un barrio de la Granada nazarí. Pues bien, ya en el año 1556 está documentada la existencia en la morería de Arévalo de una estrecha calle así llamada.  Parece razonable suponer que este nombre se lo tuvo que poner alguien que conocía Granada y que quería establecer un vínculo simbólico entre ambos barrios.

Se da la circunstancia de que en 1537 aparece viviendo en Arévalo un morisco llamado Francisco Perejil, que era una persona culta  -probablemente un abogado- que había vivido en el Albaicín granadino, donde hizo una importante fortuna. Esta persona sería un descendiente de unos mercaderes arevalenses  apellidados Perejil que en 1508 se marcharon a Granada en busca de nuevos aires para su actividad o, más probablemente,  buscando un entorno religioso  menos opresivo, ya que en 1502 los moriscos tuvieron que bautizarse, a cambio de la autorización para permanecer en estas tierras.   Cuando Francisco Perejil regresó a la villa castellana era una persona respetable (avaló al Ayuntamiento en un importante préstamo y era administrador de las tierras que un juez de la Chancillería de Granada poseía en estas tierras) y no le costaría mucho que la denominación de Albaicín fuera aceptada por los vecinos del Barrionuevo (así se llamó la antigua morería) que eran mayoritariamente cristianos nuevos.  Una escritura notarial de 1556 alude “a la calle que va a San Andrés, a do llaman el Albaicín”. Este nombre aparece frecuentemente en la documentación de la época, al menos hasta 1611, fecha en que salieron al exilio los moriscos. Precisamente ese año se produce una venta que nos permite conocer algo de cómo eran estas casas;  un sastre morisco vende “al arcipreste una casa con su corral, huerta y parra  en la calle del Albaicín  por 30 ducados”;  hasta hace unas décadas las modestas casas de este barrio disponían de estos complementos.

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