Retos y oportunidades comunes

Mediciones infrarrojas

Los edificios patrimoniales no cumplen en muchos casos las condiciones climáticas necesarias para reducir los riesgos de deterioro del propio edifico y su contenido en tanto que respetan las mínimas exigencias de confort para ocupantes y/o visitantes. Técnicamente, a través de la rehabilitación energética, se podrán combatir problemas típicos de estos edificios, como el alto consumo de energía o los bajos niveles de aislamiento térmico, permitiendo la inclusión de sistemas de obtención de energías renovables (solar, geotermia, biomasa, etc.). Así pues, la rehabilitación energética no sólo mejora la calidad de vida de los usuarios de un edificio, sino que permite introducir elementos para ahorrar energía, reducir las emisiones de CO2 y ramificar la cartera de negocio de las empresas energéticas y de conservación.

En la actualidad la normativa de ambos países, el Código Técnico de la Edificación en España (RD 314/2006 de 17 de marzo) y la normativa Portuguesa de «desempenho energético e reabilitação de edificios» (Decreto-Lei Nº. 194/2015), eximen de su cumplimiento a edificios y monumentos protegidos oficialmente.

La región de Castilla y León y las regiones Centro y Norte de Portugal presentan un gran legado de inmuebles de interés que están siendo actualmente recuperados y derivados a usos orientados al ciudadano (centros cívicos, museos, etc.). Esto supone un gran pilar para el fomento y el crecimiento de la economía local. Dar lugar a una prenormativa para ejecutar acciones de rehabilitación energética en este tipo de edificios puede suponer, por tanto, la activación de sectores económicos locales implicados en la implementación y ejecución de las actuaciones. La rentabilidad socioeconómica del patrimonio, con fuerte vinculación territorial, constituye hoy un eje esencial para el desarrollo equilibrado y sostenible de las sociedades, y una de las bases de legitimación social de la inversión para su conservación. Así puede verse en el plan PAHIS, vigente hasta 2020, y que condensa las líneas estratégicas de actuación en el Patrimonio Histórico y Cultural de Castilla y León. Aunque no existe un plan equivalente en el Centro y Norte de Portugal, estas premisas marcan también las políticas de actuación en el país luso.