Calzada de Bejar | Inicio |

2 | CALZADA DE BÉJAR EN LA CARTOGRAFÍA ANTIGUA

Por : Antonio Crespo

La presencia de La Calzada de Béjar será constante en los mapas de España confeccionados en la primera mitad del siglo XVI. Lo encontramos en un manuscrito conocido como el Atlas de El Escorial (c. 1539), el primer mapa detallado de España que contiene un mapa índice y 20 láminas dibujadas a una escala cercana a 1:400.000. Se sitúa en la zona central de la hoja novena, y a su alrededor se identifican varios municipios que actualmente conservan el mismo topónimo (becedas, vallejera, los santos, hoya, barco de avila…); otros han visto modificado su nombre levemente: montemaior (Montemayor); cantagallos (Cantagallo) y algunos han ampliado el topónimo, como en el caso de baños (Baños de Montemayor), miranda (miranda del Castañar) o valdefuentes (Valdefuentes de San Agustín). Al sur se situaron el puerto de bonos (hoy puerto de Béjar) y el puerto de tornabacas, junto a los ríos tornabacas y tornamiras, que nacen en una laguna de la Sierra de Gredos.

Detalle de la hoja novena del Atlas de El Escorial, el primer mapa detallado de la península que nunca llegó a publicarse y del que solo se conserva un manuscrito. La flecha roja marca la posición de Calzada. Fuente: Biblioteca del Real Monasterio de El Escorial. Ms K-1-1.

El núcleo de población de Calzada figura en muchos mapas impresos de los siglos XVI, XVII y XVIII, desde los que se publicaron en forma de hojas sueltas –Nova descriptio Hispaniae de Cock (1533), Nova totius Hispaniae Descriptio de Ligorio (1559) y una España sin título de Bertelli (c. 1560), hasta las magníficas láminas que formaban parte de los atlas publicados en los Países Bajos. Con frecuencia los cartógrafos se copiaban entre sí añadiendo algunas actualizaciones que titulaban como "nueva descripción de España". De esta forma existían modelos de mapas que se repetían continuamente con pequeñas variaciones en las fronteras, los signos convencionales, la hidrografía o en detalles geográficos. El atento lector descubrirá que en estas cartografías europeas existe otro municipio al sur de Salamanca que también se rotula como Calzada. Los cartógrafos centroeuropeos, ante la falta de información, rotularon con el mismo nombre una localidad que se hallaba en la ruta de la plata y que probablemente se corresponde con el lugar hoy denominado Cuatro Calzadas.

Nova totius Hispaniae descriptio (1559) de Pyrrho Ligorio. Escala c. 1:2.200.000. Está basado en un original realizado en 1551 por Paletino. Fuente: fondos digitales BNE
Mapa de España de Bertelli (c. 1560) basado en el mapa mural de Vicenzo de Cruzola de 1551. Escala 1:2.700.000. Fuente: fondos digitales IGN

Descubrimos la singularidad e importancia de La Calzada de Béjar tras comprobar que figura en todos los atlas que protagonizaron la edad de oro de la cartografía europea, mientras que otras poblaciones que hoy cuentan con mayor importancia no fueron dibujadas. Calzada aparece en las principales láminas de España: Regni Hispaniae (1570) de Abraham Ortelius, Nova Descriptio Hispania de Gerard De Jode (1578), Nova Hispaniae Descriptio de Jodocus Hondius (1606), Hispaniae Nova Descriptio de Petrus Kaerius (1632), Totius Hispania Nova de Jan Hansonius (1633), Accuratissima Totius Regni Hispaniae Tabula de Justus Danckerts (1680), L'espagne de Nicolás De Fer (c. 1700), Totus Regni Hispaniae de Frederick De Wit (1705), L'Espagne Divisée en tous ses Royaumes de Reiner Ottens (1725) y Regnorum Hispaniae et Portugalliae Tabula Generalis de Johan Baptist Homann (1752). Son ejemplares muy vistosos, impresos a partir de planchas de cobre, generalmente coloreados a mano, adornados con marcos, orlas y motivos ornamentales marinos, cuyas escalas suelen estar cercanas a 1:2.500.000. Muchos de ellos estaban basados en el mapa de Ortelius y aplicaban cambios estéticos que afectaban al icono que situaba las poblaciones o al trazado de las fronteras, mientras que la mayor parte de los datos permanecían intactos.

Detalle del mapa de Abraham Ortelius titulado Regni Hispaniae que apareció en la primera edición del atlas Theatrum Orbis Terrarum (1570). Fue un best-seller cartográfico del que se hicieron ediciones en varios idiomas, incluido el español. Fuente: fondos digitales IGN.
Detalle de la Hispaniae Nova Describtio publicada por Jodocus Hondius en 1606. Este editor compró la plancha de Mercator, que estaba inspirada en el mapa dibujado por Ortelius. Fuente: fondos digitales IGN
Detalle del mapa de Petrus Kaerius Hispaniae Nova Descriptio (1632) incluido en su Atlas Minor, donde el meridiano origen se situaba en la isla del Hierro. Fuente: fondos digitales IGN.
Detalle de la lámina grabada por Petrus Kaerius y publicada en Ámsterdam por Jocodus Hondius con el título Totius Hispaniae Nova Descriptio, idéntica a la que se comercializó en 1606. Fuente: fondos digitales IGN.
Detalle del mapa titulado L’espagne, impreso por Nicolás de Fer entre 1709 y 1722. Algunas poblaciones se situaron a partir de mediciones astronómicas hechas por miembros de la Academia de las ciencias Francesa. Fuente: fondos digitales IGN.
Detalle del mapa de España que ofrecía el taller de Johann Baptist Homann titulado Regnorum Hispaniae et Portugalliae Tabula generalis (1735), donde se representan las provincias diferenciandolas por colores. Fuente: Biblioteca Digital de Castilla y León.

Los atlas incluían junto al mapa de la península láminas más detalladas correspondientes a reinos o regiones. Destaca la hoja de Castiliae veteris et novae descriptio (1606) publicada por Jocodus Hondius en 1606 y reproducida por muchos otros autores. Se halla rodeada por las poblaciones de Bagños, Aldea Nueva, Guijuelo, Endrinas, Villa franca y Porto de pico. La localidad de Béjar no tenía entidad suficiente para aparecer en estos mapas, mientras que Calzada figura en todos.

Detalle de un mapa regional de Castilla donde se representaba Calzada, titulado Castiliae Veteris et Novae Descriptio, publicado en Amsterdam por Jodocus Hodius en 1606. Su escala aproximada es de 1:1.650.000 e incluye un texto descriptivo en el reverso. Fuente: fondos digitales IGN.

En la segunda mitad del siglo XVIII, el geógrafo español Tomás López (1820-1898) comenzó a dibujar mapas de las provincias españolas, desplegando una iniciativa privada que estaba financiada por el estado, mecenas de nobleza y la iglesia. El mapa de Salamanca se publicó por primera vez en 1783 y fue reeditado en los Atlas de 1804, 1810, 1830 y 1844 elaborados y vendidos en el taller de la familia López. Estaba compuesto por la unión de 4 láminas a una escala aproximada de 1:193.000 enmarcadas en una cuadrícula con subdivisiones de 1’ y dos meridianos origen: Madrid y el Pico del Teide. Contiene una amplia cartela que explica las fuentes que se consultaron para dibujar el mapa y en el último párrafo apreciamos la falta de precisión del mapa: “Las longitudes y latitudes de esta mapa están puestas según dicta la prudencia y resulta de algunos documentos topográficos que nos obliga a variar más de lo justo; pero la edad de estos dos puntos los fijará algún día las observaciones astronómicas” Está dedicado al duque de Alba como promotor de la obra y firmado por Tomás López, que aprovechaba para incluir todos sus nombramientos para darle boato al trabajo. La Calzada de Béjar se dibujó con un signo convencional de “lugar grande” (un círculo con una edificación lo que indica que estaba poco poblado. El mapa señala muchas divisiones administrativas en las que interpretamos que Calzada se hallaba dentro del Partido de Montemayor y en el Quarto de Ojeda. En este mapa, en el que ya aparece Béjar, el relieve se representaba mediante perfiles abatidos y se situaron numerosos bosques, algunos con su topónimo.

Detalle del mapa provincial de Salamanca (1783) obra de Tomás López. La Calzada de Béjar se sitúa al sur de un bosque y en una zona montuosa, donde el relieve se representa mediante perfiles abatidos sombreados. Fuente: fondos digitales IGN.

Durante la Guerra de la Independencia española (1808-1814) los ejércitos franceses e ingleses que participaron en la contienda descubrieron que la cartografía de Tomás López contenía errores graves en las coordenadas y optaron por crear sus propios mapas, que realizaban mediante levantamientos topográficos. Al término de la guerra, la ocupación francesa se alargó hasta cerca de 1840, de manera que los militares galos terminaron confeccionando mapas generales de España. El más conocido es la Carte Itinéraire de L'Espagne et du Portugal dressé par ordre de S. E. M. le Maréchal Duc de Bellune, Ministre de la Guerre (1823). Obra del Dépôt de la Guerre, incluye la península ibérica y las Baleares a escala 1:740.000. Dentro de una cuadrícula subdividida en unidades de 5’, las ciudades se representan con círculos de diferente tamaño y tipo de letra (Calzada rotulado en itálica) y los principales sistemas montañoso mediante normales. En la red de comunicaciones se indican las distancias entre poblaciones, de manera que interpretamos que desde Calzada hasta Béjar hay 1 legua y media.

Detalle de la Carte-Itinéraire de L'Espagne et du Portugal (1823) las ciudades se representan con círculos de diferente tamaño y tipo de letra (Calzada está rotulado en itálica). Los sistemas montañosos, que solían dibujarse mediante perfiles abatidos, aquí se representan mediante pequeños trazos denominados ‘normales’.

Calzada, a pesar de no ser un municipio grande, se mantuvo en algunos mapas gracias a su posición estratégica en la vía de la plata y continúa apareciendo en muchos mapas de escala pequeña. Así podemos encontrar el municipio en mapas franceses de escala pequeña, como es el titulado Espagne et Portugal correspondiente a la lámina nº 45 del Atlas géographique d'Henri Selves, publicado en Paris entre 1822 y 1829.

Detalle del sur de Castilla en el mapa Espagne et Portugal publicado en París por la editorial Hachette (1822). Aunque aparecen pocas poblaciones, Calzada es una de las elegidas. Fuente: cartoteca digital del Instituto Cartográfico y Geológico de Cataluña.

Hasta mediados del siglo XIX, los mapas de Tomás López seguían siendo la única cartografía disponible de España. No eran muy precisos y habían quedado en evidencia durante la Guerra de la Independencia: posiciones de elementos geográficos imprecisas, cada provincia tenía una escala diferente y necesitaban ser actualizados. El estado español no era capaz de organizar un proyecto cartográfico para representar todo el territorio nacional, pero surgió una iniciativa personal, dirigida por Francisco Coello y financiada por la administración, que permitió confeccionar una nueva cartografía, detallada y precisa; algo que el país necesitaba desde hacía mucho tiempo. Coello era un cartógrafo militar que consiguió una excedencia para elaborar mapas provinciales a escaña 1:200.000.

Aprovechó las mediciones geodésicas realizadas por los militares, mapas trazados por las tropas francesas, levantamientos topográficos realizados para ejecutar obras de ingeniería, y cuando no encontraba esta información, su equipo de colaboradores realizaba los trabajos de campo necesarios. Después dibujaban y grababan los mapas, consiguiendo la primera cartografía precisa de España. Aunque el proyecto quedó inconcluso, el provincial de Salamanca se publicó en 1867 con gran exactitud y repleto de detalles. En la zona próxima a La Calzada de Béjar la red hidrográfica principal es muy completa y el relieve se dibujó mediante curvas de configuración mostrando un terreno poco abrupto al norte del municipio. Representó las ciudades mediante círculos (coloreados en rojo) con diferente tamaño según la importancia de la ciudad, de forma que Béjar y San Esteban de la Sierra son mayores que Calzada de Béjar, que se rotuló con letra de palo combinando romanilla e itálica. La vía principal que atraviesa la ciudad coincide con la ruta de la plata y existe otro camino que cruza el pueblo de oeste a este. Se empleó una proyección Bonne con origen de longitudes en el meridiano de Madrid (también se indican otros meridianos usuales), una cuadrícula dividida cada 5’ con subdivisiones de 1’ y se dibujaron los puntos cardinales. Junto al marco hay extensas "Notas Estadísticas e Históricas" que aportan información de los principales núcleos urbanos (no consta Calzada de Béjar) sobre población, datos municipales, electorales, de instrucción pública, estadística criminal, historia, riqueza, ingresos, religión, costumbres, producciones, comercio e industria.

Detalle de los alrededores de La Calzada de Béjar en el Mapa de la provincia de Salamanca (1867) de Francisco Coello. Formaba parte de su Atlas de España y sus Posesiones de Ultramar. Coloreado a mano con unas dimensiones de 76 x 103 cm, el relieve se representa mediante curvas de configuración. Fuente: fondos digitales IGN.

El proyecto cartográfico de Coello quedó inconcluso al crearse en 1870 el Instituto Geográfico y Estadístico (hoy IGN), como organismo de la administración dedicado a formar una cartografía detallada del país. El mapa de España se dividió en hojas y lentamente se fueron realizando los trabajos topográficos destinados a formar un mapa topográfico nacional a escala 1:50.000. Se conservan algunos de los trabajos previos realizados en La Calzada de Béjar y hemos seleccionado una planimetría del término municipal que se muestra en la siguiente figura. Los levantamientos eran manuscritos, realizados por topógrafos, quienes primero abordaban las operaciones planimétricas y posteriormente –a veces varios años después–tomaban y dibujaban las altimetrías; rara vez se hacían conjuntas. Tales documentos ayudan a rescatar la toponimia antigua en zonas que están perdiendo población.

Detalle de la planimetría de La Calzada de Béjar dibujada a escala 1:25.000 por los ingenieros del IGN en 1901. Las líneas del término se trazaron con el acuerdo de los colindantes. Se rotuló la calzada romana y la única hidrografía que aparece es el arroyo de la pedrera y su desembocadura en el río Cuerpo de Hombre. Fuente: fondos digitales IGN.

Descripciones geográficas antiguas donde se incluye La Calzada de Béjar

La Calzada de Béjar figura en las principales descripciones geográficas y libros de caminos de España redactados desde el siglo XVI. Las primeras referencias proceden de la Descripción y cosmografía de Hernando Colón (1517-1523), figura en Reportorio de todos los caminos de España redactado por Pedro de Villuga (1546) y en el Reportorio de caminos (1576) de Alonso de Meneses, ambos con un contenido similar. No lo hallaremos en las Relaciones Topográficas encargadas por Felipe II (c. 1578) ya que solo se conservan dos pueblos de la provincia de Salamanca, pero disponemos de la información recopilada en el municipio para el Catastro del Marqués de la Ensenada (1752), donde se recogían datos económicos, estadísticos y geográficos, con un somero croquis que sugiere la forma del municipio. Muchos de los diccionarios geográficos que irán apareciendo incluyen la entrada correspondiente a La Calzada de Bejar. Destaca el Diccionario Geográfico Estadístico Histórico de España dirigido por Pascual Madoz, que era el complemento literario de los mapas de Coello.

Cabe destacar la presencia de Calzada en la Descripción y Cosmografía de Hernando Colón, un manuscrito que no llegó a convertirse en mapa, donde se hace referencia al núcleo urbano en dos itinerarios lineales y uno radial descritos por los emisarios enviados por el hijo de Cristóbal Colón. Calzada aparece en los recorridos que llevaban desde Guijo hasta Montemayor (pasando por Fuentes de Béjar, La Calzada y Ledrada) y otro desde Miranda del Castañar hasta Salamanca (en una variante que pasa por Encinas, Santibáñez de Béjar y Cristóbal). El recorrido que ofrece mayor información es una descripción de los pueblos que alrededor de Montemayor donde se indican las distancias (expresadas en leguas) y las características del terreno: “Calzada se halla a dos leguas atravesando cerros y valles ribera arriba y cruzando el rio Cuerpo de Hombre por un vado situado a la mano dizquierda".

El municipio es citado en el reportorio de caminos de Villuga (1546) en la ruta número 75 que va de Toro a Plasencia, quedando entre valdehuetes y baños; en la ruta número 78 de Lisboa a Burgos (entre baños y la venta); en el recorrido 61 que comienza en Évora y termina en Burgos (entre baños y barco de avila); en el número 84 de Valladolid a Sevilla (calzada queda situada entre guijo y baños) y en el 81 de Salamanca a Plasencia (entre villa de fuentes y baños). Otro reportorio contemporáneo, el del correo Alonso de Meneses, repite muchos de los caminos y otros coinciden parcialmente. Los trayectos en los que se sitúa calzada coinciden en esencia con los de Villuga. Los reportorios de caminos aparecieron a mediados del siglo XVI y contenían información escueta y precisa sobre los principales caminos que cruzaban nuestro país, detallando los recorridos y las distancias. Eliminaban los comentarios subjetivos, las noticias históricas, las anécdotas y pueden considerarse como antecesores de los mapas de carreteras y de los navegadores que adosamos al cristal delantero de nuestros coches.

Portada del Reportorio de Caminos de Meneses y detalle del Camino de Valladolid a Sevilla, donde figura calzada entre las poblaciones de guijo y baños. Fuente: Reportorio de caminos de Alonso de Meneses.

La Calzada de Béjar no se encuentra en las Relaciones topográficas realizadas por Felipe II, de las que solo se conservan dos pueblos de Salamanca, pero en el Catastro que mandó hacer el Marqués de la Ensenada encontramos los datos recopilados en 1752 con el título de Respuestas Generales de la operación del lugar de La Calzada, pues atienden a una encuesta catastral de carácter nacional. Son diecisiete páginas repletas de datos geográficos y estadísticos: explican que el término limita con Casas de la Calzada por levante, con Valdehijaderos por poniente, Aldefuentes al norte y al mediodía con Valbuena, todos pertenecientes a la jurisdicción de Montemayor, e incluye un croquis del término en el margen. Como en otras contestaciones, se detalla la situación del pueblo, la producción agraria, ganadería, construcciones, la riqueza del lugar, la ocupación de sus habitantes y los impuestos que pagan. Se describe un pueblo pequeño, sus principales establecimientos comerciales y las profesiones más singulares del lugar. Para informar de la población el texto nos dice: "el número de vecinos que compone esta población con inclusión de viudas y jornaleros es de setenta y cinco". Nos indica que hay una taberna, dos mesones, una carnicería, que carece de hospital, médico y boticario, aunque cuentan con un barbero sangrador. Hay un clérigo, un herrero, un carretero y el socorrido tabernero. También explica que hay tres "pobres de solemnidad" anotándose el nombre y apellidos de cada uno de ellos. Este catastro es una fuente de información muy valiosa, para conocer las características de La Calzada de Béjar a mediados del siglo XVIII.

Portada de las Relaciones topográficas del Calzada de Bejar. Fuetne: Archivo General de Simancas (AGS).
Detalle de la respuesta tercera sobre la extensión del término y un croquis del mismo. Fuente: AGS.

También encontraremos muchos detalles de La Calzada de Béjar en el Diccionario Geográfico Estadístico Histórico de España de Pascual Madoz, publicado en 16 volúmenes entre 1845 y 1850. Por entonces estaba formado por 110 casas más el ayuntamiento, que era donde se encontraba la cárcel. Disponía de escuela, parroquia, una ermita, dos molinos harineros, uno de papel y tres fuentes de "buen agua". En el territorio predominaban los montes, entre los que fluía el río Cuerpo de Hombre; el municipio era cruzado por la carretera real de Baños, antes llamada de la Plata, que unía Extremadura con Castilla. Jurídicamente estaba unido a Casas de la Calzada, y entre ambos sumaban 95 vecinos y 368 almas. El clima se define como regular y bastante sano, a pesar de no guardar proporción el invierno con el calor del estío y se hace una somera descripción de su producción agrícola y ganadera (Tomo V, p. 299).

Portada del tomo V del Diccionario Geográfico Estadístico Histórico de España (1845-1850) de Madoz. Fuente Biblioteca Digital de Castilla y León.
Descripción geográfica y económica de Calzada, que en 1845 compartía ayuntamiento con Casas de la Calzada. Tomo V, p. 299.

Este era el tipo de información que ofrecían las principales descripciones, reportorios y diccionarios entre los siglos XVI y XIX sobre La Calzada de Béjar. Desde entonces no ha habido publicación de carácter geográfico o cartográfico que no incluyese el municipio; los correspondientes datos económicos figuraban en las estadísticas que periódicamente realizaba la administración. La cartografía actual refleja con detalle la posición y elementos geográficos más destacados del municipio, resultando innecesarias aquellas descripciones literarias del territorio. Ahora, leyendo los mapas, podemos interpretar todo aquello que antes ocupaba varias páginas en un diccionario.