GUÍA DIGITAL DEL MONASTERIO DE SANTO DOMINGO DE SILOS
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EL MUSEO

Está situado en una sala del XVIII, contigua al lado meridional de claustro, que fue en su origen refectorio o comedor del monasterio, y que ha sido restaurada y acondicionada para esta nueva funcionalidad. Conserva varias obras salvadas de la dispersión que sufrieron las pertenencias del monasterio en la Desamortización y piezas recuperadas en las intervenciones arqueológicas efectuadas en la abadía. Todas ellas completan la información sobre la historia del monasterio y atestiguan su importancia como centro de creación artística.

El conjunto expuesto más destacado está compuesto por una serie de piezas que se consideran formaron parte del denominado Tesoro del Monasterio de Santo Domingo de Silos. Han tenido históricamente una específica finalidad litúrgica o han sido contenedoras de reliquias, todas ellas tienen un importante significado simbólico, están elaboradas con materiales nobles y poseen alta calidad artística.

Se incorporan algunas menciones a obras procedentes del monasterio y que están custodiadas desde 1869-1870 en el Museo de Burgos, por constituir referentes imprescindibles para valorar la importancia de Silos como centro de creación artística.

OBRAS DE ORFEBRERÍA

CÁLIZ DE SANTO DOMINGO. MUSEO DE SANTO DOMINGO DE SILOS

Fue utilizado en la liturgia como cáliz ministerial, destinado a distribuir la comunión acompañada del vino consagrado, motivo por el que tiene un gran tamaño. Está realizado en plata sobredorada y toda su superficie está decorada. La copa y el pie son dos medias esferas unidas por un astil cilíndrico con un nudo o empuñadura central de forma esférica. La decoración en la copa y en la base tienen la misma composición, realizada por una arquería constituida por doce arcos en forma de herradura que apoyan en pilares y en cuyo interior cobijan una gota de plata a la que se añade una hoja esquematizada en las arcadas del pie del cáliz. Varias bandas decorativas enmarcan estos arcos y la superficie del nudo. Toda la decoración está hecha en filigrana, pequeños hilos o cordones que forman espirales y elementos sinuosos.

En el listón que bordea la semiesfera de la base lleva una inscripción que indica que fue realizado por el abad Domingo en honor a San Sebastián, santo a cuya advocación estaba dedicado el monasterio. El cáliz fue realizado en el taller monástico y está datado entre el 1041 y el 1073, periodo en el que estuvo Domingo como abad. Constituye una obra excepcional dentro de la orfebrería de este momento histórico y una representación simbólica de la magnificencia y poder del monasterio.

PATENA DEL SANTO. MUSEO DE SANTO DOMINGO DE SILOS

Se la llama “patena del Santo” porque se utiliza con el cáliz del Santo, pero su datación es posterior al año 1440. De ese año data un catálogo de reliquias que nombra el cuerpo de Santo Domingo, el cáliz, la casulla y el báculo, y no menciona la patena, por lo que su datación hay que adscribirla al siglo XV-XVI. La parte central está formada por ocho alvéolos semicirculares que enmarcan un gran cabujón circular de cristal de roca. 

El ancho borde de la patena está decorado con filigrana de motivos ondulados y un conjunto de cabujones o piedras preciosas de distinto tamaño. Hay cuatro grandes cabujones formando una cruz y entre ellos otros ochos de menor tamaño, lo que hace un total de treinta y dos piedras reutilizadas de obras anteriores. Destaca el camafeo principal realizado en ágata de época romana bajo imperial – entre fines del siglo III y siglo V d.C.- que representa un rostro femenino de perfil mirando al lado izquierdo; en el extremo opuesto se coloca otra ágata de color azul oscura datada en el siglo II. Entre los cabujones pequeños hay otros dos entallados de época romana, con representaciones iconográficas, y el resto realizados en cristal de roca, ágatas, turquesas y otras piedras duras.

PALOMA Y CABEZA FEMENINA. MUSEO DE SANTO DOMINGO DE SILOS

Estas dos piezas están unidas, según las referencias históricas, por su función y simbolismo. En el mencionado catálogo de reliquias del siglo XV del monasterio se refiere que existió una corona votiva colocada en el altar mayor de la iglesia, formada, entre otras piezas, por “una paloma que está en sommo de la cabeza”. De sus hipotéticos componentes se conservan una cabeza femenina y una paloma eucarística. La cabeza de época romana está realizada en bronce, históricamente considerada como un ídolo procedente de Carazo, pero que probablemente proceda de la ciudad romana de Clunia; está catalogada cronológicamente en los siglos III-IV d.C. en su interior contuvo diversas reliquias, cristianizando de esta forma lo que se consideró de procedencia pagana.

La Paloma Eucarística se denominada de esta forma por tener en su dorso un receptáculo, con puertecilla, donde se guardaba la Forma Eucarística. En el siglo XV ya no tenía esa función y según el citado inventario contenía varias reliquias. Esta realizada en plata dorada, fundida en una pieza excepto la cabeza, con el plumaje cincelado y grabado. Está datada en la segunda mitad del siglo XIII.

BÁCULO DE ABAD. MUSEO DE SANTO DOMINGO DE SILOS

Es símbolo del poder espiritual y jurisdiccional del Abad de Silos. Esta ejecutado en cobre dorado, grabado, tallado y esmaltado. Fue hallado en la excavación arqueológica realizada en 1960 de la tumba del Abad Juan Gutierrez II (muerto hacia 1198). La voluta del báculo está decorada con escamas y anillos de plata nielada y termina en una cabeza de dragón que conserva en uno de sus ojos un aplique de lapislázuli. Esta parte se separa con cuatro hojas encajadas en un anillo de plata del nudo que se decora con aves esmaltadas entre roleos vegetales. La caña, en la que encajaba la vara del bastón, está decorado por rombos verticales y triángulos que enmarcan aves esmaltadas, de cuello largo y flexible y colas que se ondulan terminando en una palmeta vegetal. Es una obra efectuada por el taller de esmaltes activo en el monasterio en el último tercio del siglo XII con características hispanomusulmanas y del centro de producción de esmaltes de Limoges en Francia.

OTRAS OBRAS DE ORFEBRERÍA

El museo custodia también otras obras de orfebrería de distintas épocas históricas: un conjunto de cruces procesionales de bronce grabado y esmaltado del siglo XIII; un cáliz de plata dorada del siglo XVI; una excepcional custodia procesional de torre o asiento, formada por un templete hexagonal de dos cuerpos, el inferior con el ostensorio, y con inscripción de su fecha de realización en 1526, que descansa en un alto plinto del siglo XVII realizado en bronce sobredorado; una custodia en plata dorada del siglo XVII con un ostensorio tipo sol de amplio diámetro; y un arca en plata cincelada, denominada Arca de Jueves Santo, con inscripción que fecha su donación en el año 1717.

ESMALTES

En el segundo tercio del siglo XI posiblemente existiera un taller artesanal en el monasterio de Silos que llevaría a cabo las obras de orfebrería excepcionales con función litúrgica en tiempos del abad Domingo; posteriormente activo en tiempos del abad Fortunio (1073-1100) y sus sucesores en el siglo XII. Los investigadores de los esmaltes medievales han señalado la posibilidad de establecimiento de un maestro artesano procedente de la región francesa de Aquitania que efectuaría las primeras obras y que pondría en marcha un taller de esmalte que tiene su apogeo entre los años 1140 a 1170, fechas en las que se realizaron las obras maestras de este grupo silense de artesanos, probablemente integrado por monjes del propio monasterio y por trabajadores laicos. El taller mantuvo su actividad durante los siguientes siglos, pero sin alcanzar la maestría de ese periodo, produciendo en esa época abundantes placas esmaltadas para aplicarlas en cruces procesionales de cobre.

En los reinos cristianos medievales del norte de la península Ibérica existieron diversos focos o grupos de artesanos esmaltadores: en Cataluña desde principios del siglo XI vinculados al primer románico; en la ciudad gallega de Orense, en el siglo XIII y con notable influencia de Limoges; en Navarra vinculado con la construcción de la catedral románica de Pamplona y con San Miguel de Aralar, a partir de finales del siglo XII, con influencias diversas de Silos y de Limoges; y el grupo de Silos, con fuertes raíces hispanas e islámicas, con creaciones del siglo XI y otras posteriores relacionadas con la escultura del claustro. Al taller de Silos se le atribuye la ejecución de una treintena de obras y su actividad se extendió más allá de la abadía, considerándose que artesanos de Silos pudieron trabajar con otros artistas procedente de Limoges en Navarra.

El grupo de Silos se caracteriza por el empleo de singulares motivos decorativos: aves fantásticas, de cuello largo y que se prologan en motivos de roleos vegetales, en ocasiones representadas por parejas enfrentadas, remitiendo sus características a los capiteles del claustro; bandas decorativas con motivos vermiculados o sinuosos, roleos y palmetas; figuras humanas con cierto hieratismo y con la cabeza efectuada en diversas obras en bulto redondo con técnicas de fundición y cincelado; paleta de colores en la que predomina la diversidad de tonalidades de verdes y azules, con poca presencia de blanco, negro y rojo.

Reseñamos a continuación las obras vinculadas con el monasterio de Silos aunque alguna de ellas se custodian desde el último tercio del siglo XIX en el Museo de Burgos.

RETABLO O PANEL DE COBRE DE SILOS. MUSEO DEL MONASTERIO DE SANTO DOMINGO DE SILOS

Es una de las obras maestras del taller de esmaltes de Silos, efectuado hacia 1160-1175, posterior al panel custodiado en el Museo de Burgos y con características estilísticas que por su estilización anuncian el gótico. Sobre soporte de madera se colocan las planchas de cobre dorado, grabado, repujado y barnizado con aceite de linaza retostado – técnica denominada vernis Brun y que consiste en un proceso de aplicación del aceite de linaza caliente sobre la plancha de cobre para obtener un color rojo-castaño-.

Su función original no se conoce con exactitud e incluso ha podido ser adaptado para distintos usos a lo largo del tiempo. Por algunos historiadores se pensó que podría formar parte de los paneles que cubrían el sepulcro de Santo Domingo, pero es más probable que tuviera una función litúrgica propia, formando parte de un retablo, de un baldaquino o dosel.

En el centro del panel se coloca la figura del Cordero Apocalíptico, con su cabeza enmarcada por nimbo crucífero -desaparecido en su mayor parte-, con un libro entre sus patas delanteras, situado ante una cruz potenzada de brazos iguales, todo ello enmarcado por un círculo con decoración incisa vermiculada y alveolos para colocar cabujones – actualmente desaparecidos-. Los ángulos triangulares de esta plancha se decoran con motivos de ajedrezado.

A cada lado de esta placa central hay seis paneles de cobre decorados con una triple arquería grabada, la central más amplia que las laterales cobija una figura humana. La mayoría de los arcos son de medio punto y se apoyan sobre columnas. Por encima de la arquería se colocan torreones, cúpulas y tejados, representando a la ciudad Jerusalén Celeste. No se han identificado a que personajes representan estas figuras, por su número se ha considerado que podría ser los Apóstoles, pero también se ha interpretado que podrían ser profetas e incluso una representación reducida en número de los Ancianos del Apocalipsis. Estas figuras barbadas y estilizadas visten túnica y manto, y sus manos unas portan libros o rollos y otra señala a la figura del Cordero Apocalíptico. Posiblemente estén grabadas al ácido.

Todo el conjunto está enmarcado por una doble banda, la más externa -conservada parcialmente- está decorada con letras cúficas en la que se repite la palabra árabe “alyemen”, traducida como felicidad. La banda interior está dorada en su totalidad y decorada con motivos sinuosos grabados que bordean los alveolos en los que se incrustaban cabujones de cristal de roca perdidos en su mayor parte.

RETABLO CON ESMALTES O FRONTAL DE URNA DEL SEPULCRO DE SANTO DOMINGO. MUSEO DE BURGOS

Es una de las obras cumbre del taller de esmaltes de Silos, realizada entre 1150 y 1170, posiblemente por un conjunto de artistas especializados y con un amplio dominio de distintos procedimientos técnicos. Estuvo en el monasterio hasta el año 1869-1870 en el que se trasladó al Museo de Burgos para garantizar su conservación. 

No se sabe con precisión su funcionalidad, aunque por las referencias disponibles se puede pensar que este frontal de esmaltes se hizo como retablo del altar que estaba sobre la tumba de Santo Domingo en la iglesia románica.

Sobre un soporte de madera rectangular con la parte inferior rematada en una arquería de nueve arcos de medio punto, conservada parcialmente, se instala la decoración efectuada en planchas de cobre dorado, con partes cinceladas, repujadas, grabadas o caladas, y figuras humanas y otros elementos decorativos esmaltados, destacando la ejecución de las cabezas de los personajes a la cera perdida y posteriormente cinceladas o remarcadas a buril.

En el centro del panel está Cristo Majestad enmarcado por una mandorla decorada con motivos sinuosos grabados y cabujones, de los que únicamente se conserva uno de cristal de roca. En los bordes externos superior e inferior de la mandorla se sitúa la representación del Tetramorfos, o símbolos de los cuatro evangelistas. Cristo está sentado sobre bóveda celestial y con los pies apoyado en escabel, en actitud de bendecir con su mano derecha y sujeta un libro cerrado con su izquierda, lleva nimbo crucífero en torno a la cabeza y al lado de los hombros las letras alfa y omega. La figura lleva amplias vestiduras en diversos tonos azulados y verdosos, con alguna zona en blanco y marrón.

A cada uno de los lados de Cristo se sitúan seis apóstoles. Sus figuras están situadas en el interior de una arquería de medio punto, con columnas, capiteles y rosca de los arcos decorados con motivos calados representando vegetales, formas geométricas y animales fantásticos. Sobre los arcos se coloca un conjunto de torreones y cúpulas – repujados y calados – que representan la Jerusalén Celeste. Los apóstoles con túnica y manto llevan libro en una mano izquierda, excepto uno que lleva un rollo, y con la derecha en actitud de bendecir o de señalar. Las cabezas se enmarcan con nimbos de distintas formas. En el esmalte predominan también las tonalidades de verdes y azules, con uso puntual de blanco, marrón y rojo.

El conjunto se enmarca con una banda superior e inferior, decorada con planchas con grabados vermiculado que alberga cinco cabujones – desaparecidos casi en su totalidad- y planchas decoradas con un esmalte que representa a dos aves fantásticas, contrapuestas, de cuerpos alargados cuya cola termina en un roleo vegetal. Las bandas verticales están grabadas con roleos sobre fondos planos barnizados.

ARQUETA RELICARIO DE ESMALTES. MUSEO DEL MONASTERIO DE SANTO DOMINGO DE SILOS

Arqueta de forma rectangular sobre pequeñas patas y con cubierta de doble vertiente coronada por una crestería decorada con placas esmaltadas, alvéolos para cabujones, desaparecidos, y motivos calados en forma de vanos con arcos de herradura.

En el frente el plano vertical está decorado en su centro con una crucifixión – Cristo con la Virgen y San Juan -, en su parte superior inscripción y en sus laterales dos tondos con la representación de medias figuras simbolizando el sol y la luna. A izquierda y derecha se sitúan dos personajes a cada lado que miran al crucificado, están cobijados por arquerías por encima de las cuales se graban torrecillas; estas figuras con túnica llevan en sus manos en tres casos libros y en uno un rollo desplegado. En el panel inclinado superior se coloca en el centro a Cristo Majestad enmarcado por una mandorla sujetada por un ángel a cada lado. A ambos lados una pareja de santos a cada lado de diseño similar a la parte inferior y portando una cruz en su mano derecha. La parte trasera de la arqueta está decorada por un reticulado romboidal con motivos de rosetas en su interior.

Los laterales estuvieron decorados por figuras de santos de los que únicamente se conservan en un lado. Enmarcado por arco de medio punto coronado por las estructuras y torreones de una ciudad amurallada.

Los colores utilizados en los esmaltes son diversos tonos de azules y verdes, turquesa, rojo, negro y amarillo. Las cabezas de todos los personajes son de bulto redondo mientras los cuerpos están grabados.

Estilísticamente responde a las características compartidas por los grupos artesanos de Silos y de Limoges y se ejecutó en la última década del siglo XII.

ARQUETA RELICARIO DE MARFILES Y ESMALTES. MUSEO DE BURGOS

Arqueta rectangular con tapa en forma de pirámide truncada que fue usada en el monasterio para custodiar reliquias de Santo Domingo. Mantiene gran parte de su decoración islámica original que se modificó parcialmente a la llegada al monasterio y darle una nueva función.

La arqueta original está formada por placas de marfil talladas de tradición califal efectuadas en la ciudad de Cuenca en 1026, según inscripción en letra cúfica. La decoración distribuida en bandas horizontales representa escenas cinegéticas. La tapa tiene elementos vegetales y aves.

Las placas esmaltadas se colocan en el lateral izquierdo de la caja, en la parte superior de la tapa y en varias bandas de refuerzo y remate de la arqueta. Otras bandas de cobre claveteadas colocadas posteriormente llevan decoración grabada de motivos vegetales. El panel lateral izquierdo representa a Santo Domingo con su hábito y báculo, flanqueado por dos ángeles. Los colores utilizados son varios tonos de azules y verdes, blanco y rojo; una inscripción identifica al Santo. La parte superior de la tapa de la arqueta representa el Cordero Apocalíptico nimbado, que sostiene un libro entre sus patas delanteras y con las letras omega y alfa, que cuelgan a los lados de su cabeza.

Los esmaltes se realizaron entre 1040-1050 por un taller en el que participaría artesanos de Aquitania-Limoges y supone el inicio de la escuela de esmaltes de Silos.

ARQUETA DE ESMALTES. MUSEO DE BURGOS

Es otra de las arcas que contenían reliquias y que fueron trasladadas al Museo de Burgos. Responde a la tipología frecuente en este momento, cuerpo rectangular sobre cuatro patas y cubierta a doble vertiente, con placas de cobre dorado, cincelado y grabado con esmaltades excavados – técnica de champlevé– en todas sus caras y elementos decorativos grabados con motivos ondulados en los apoyos.

Todo el fondo de la caja está esmaltado en azul turquesa. El frente está decorado con tres mandorlas unidas por una pequeña roseta. La central enmarca a Cristo Majestad con las letras alfa y omega, en los lados externos los símbolos de los evangelistas. En la mandorla de la derecha se representa a la Virgen, nimbada y con una vara de flores. La mandorla izquierda tiene un personaje barbado no identificado, con nimbo, filacteria o cinta desplegada en una mano y libro en otra. En el tejadillo de la cara frontal y enmarcados en una arquería se representa la figura de cinco apóstoles o santos. En las caras traseras de la caja la decoración es geométrica, circunferencias con rosetas en su interior. Los laterales decorados con un santo a cada lado con libro cerrados cobijados bajo arco coronado por torre, van descalzos y colocados sobre una representación de nubes. Todas las figuras menos estos dos santos tienen la cabeza realizada en bulto redondo.

Estilísticamente se encuadra en la escuela de Limoges y sería ejecutada a fines del siglo XII.

OTRAS OBRAS EXPUESTAS EN EL MUSEO DE SANTO DOMINGO DE SILOS

El museo, además de las obras excepcionales de orfebrería y de esmaltes de los siglos XI y XII, conserva otras obras de distintas épocas históricas. Alguna de ellas complementa la información sobre la escultura románica y otras testimonian la importancia de la abadía en distintos momentos de su historia.

TÍMPANO DE PORTADA ROMÁNICA

Fue descubierto en 1964, durante las obras de remodelación del pavimento de la iglesia, como parte de la cimentación de la iglesia del siglo XVIII. Se ha identificado como parte de la portada norte de la iglesia románica que daba al pórtico existente en ese flanco. Se ha catalogado como obra realizada en torno al año 1200 y relacionadas con el maestro del relieve de la Anunciación del claustro.

El tímpano se compone con una escena central referida a la Presentación de Jesús en el Templo, flanqueado en su lateral izquierdo por la Natividad, con San José, la mula y el buey, y la Adoración de los Pastores, a su derecha San José, y a continuación la adoración de los Reyes.

RESTOS ESCULTÓRICOS Y DECORATIVOS ROMÁNICOS

En el museo se exponen un conjunto de cabezas y varios capiteles románicos tallados en piedra y recuperados en las distintas obras de remodelación del monasterio.

En el centro de la sala del museo hay un grupo escultórico gótico del siglo XIV, realizado en piedra policromada, representando a Santa Ana, que soporta en su pierna izquierda a la Virgen y al Niño Jesús. Otras obras artísticas completan el espacio del museo: una talla en madera representando a la Virgen Sedente con el Niño del siglo XIII, conservada parcialmente; un lienzo representando la Epifanía del siglo XVII concluye la exposición del museo de Silos.

Las diversas dependencias del monasterio albergan distintas obras pictóricas y escultóricas que forman parte de la amplia colección artística del monasterio de Santo Domingo de Silos.

© 2025 de la edición electrónica:

Consejería de Cultura, Turismo y Deporte Junta de Castilla y León 

Edición cofinanciada por:

Unión Europea. Fondos FEDER REACT EU Junta de Castilla y León

©Texto e imágenes:

Inés Ruiz Montejo

Iconografía y significado de los capiteles y relieves del claustro

 

 

 

Imágenes:

Dirección General de Patrimonio Cultural. Junta de Castilla y León

Real Abadía de Santo Domingo de Silos

Planimetrías:

Adaptación de planimetría del monasterio de Mariano Palacios, 1973

Adaptación de planimetría del claustro de Fr. Justo Pérez de Urbel, 1975

Traducciones:

Albert Figueras Carreño. Tradumedia

Diseño de la edición electrónica:

Juan LLorens Grupo de Soluciones Estratégicas S.L.U.

Esta edición se incluye dentro de las acciones de TRANSROMÁNICA, Ruta Europea del Patrimonio Románico, reconocida como Itinerario Cultural por el Consejo de Europa en el año 2007, promovidas por la Dirección General de Patrimonio Cultural, Consejería de Cultura, Turismo y Deporte, Junta de Castilla y León.

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