El claustro de un monasterio arquitectónicamente es un espacio convergente y de comunicación entre las distintas dependencias monásticas, en torno al cual se organizan la vida y las distintas ocupaciones de los monjes. A la vez es un ámbito para la contemplación, el descanso y la reflexión. Es un espacio cerrado y abierto a la vez en el que se combina la arquitectura, la escultura y el terreno cultivado que conforma el jardín central.
EL CLAUSTRO
EL CLAUSTRO: ESTRUCTURA GENERAL
El claustro románico del monasterio de Santo Domingo de Silos que ha llegado hasta nosotros fue construido en al menos tres etapas y restaurado varias veces a lo largo de la historia. Tiene dos alturas y planta rectangular, con 16 arcadas en la galería septentrional y meridional y con 14 en la oriental y occidental. Las arcadas son de medio punto que se apoyan en columnas pareadas, excepto en la parte central que se duplican y en las esquinas formadas por machones.
La planta baja fue realizada en dos etapas constructivas: la primera, en torno al año 1100, corresponden las crujías este, norte y parte de la oeste; la segunda efectuada en el último tercio del siglo XII en la que se terminaría la crujía occidental y la meridional. Estas distintas etapas se reflejan en la forma de los capiteles y en sus características escultóricas.
La planta alta del claustro se llevó a cabo entre finales del siglo XII y comienzos del siglo XIII; continúa la misma estructura que la planta baja y los capiteles, en los que se diferencian varios autores, representan escenas de la vida cotidiana, aunque no alcanzan la destreza de los capiteles de la planta baja.
EL CLAUSTRO: ESTRUCTURA GENERAL
EL CLAUSTRO ALTO: ALGUNOS CAPITELES
Es la única portada románica del monasterio que está emplazada en su lugar original. Situada en el muro occidental del transepto meridional de la iglesia románica sirve de acceso a la planta baja del claustro. Se restauró en los años treinta del siglo XX, momento en el que se eliminaron los añadidos de época neoclásica. Destaca por su singular estructura arquitectónica y la decoración de capiteles y columnas.
El conjunto es un espacio abovedado, con una anchura de más de dos metros y acceso escalonado. El vano interior de acceso tiene forma de herradura al prolongarse la rosca del arco de medio punto con impostas. La bóveda descansa sobre dos columnas a cada lado. Las exteriores de fuste monolítico liso y las interiores decoradas, la izquierda con escamas y la derecha con una espiral con bolas en su interior. Los capiteles contienen temas figurativos, el exterior izquierdo, conservado parcialmente, contiene cabezas humanas con alas, el derecho está formado por dos personajes arrodillados en cada uno de sus lados, compartiendo cabeza, pasando uno de sus brazos por la espalda de su compañero y mesándose la barba dividida en dos mechones. Los capiteles interiores están tallados en su lado izquierdo con una figura en el ángulo sujetado por un personaje a cada lado que pudiera representar a guerreros, el derecho con dos leones erguidos y abrazados en el ángulo del capitel sujetados por cuerdas por dos figuras humanas. La singularidad de estas representaciones iconográficas y su estilo pueden enmarcarse entre los años 1120 y 1130, momento en el que se ha datado la construcción del transepto.
PORTADA DE LAS VIRGENES
En el ángulo noreste del claustro se sitúa esta escultura monumental de la Virgen coronada en posición sedente con el niño en su rodilla izquierda y con flor en su mano derecha. Tiene una posición frontal y cierto hieratismo, está tallada en un único bloque de arenisca y conserva restos de policromía. Está catalogada como una obra del siglo XIII, restaurándose en 1954 la cabeza del niño, la flor y la mano derecha de la Virgen.
VIRGEN DE MARZO
Esta lápida, que señala el primitivo lugar del sepulcro del santo, realizada en el siglo XIII-XIV, está colocada en la crujía norte del claustro. Representa al santo yacente con báculo y libro en sus manos. Se apoya sobre tres figuras de leones. Una reja situada en el suelo instalada en 1954 permite observar una tumba antropomorfa.
A su espalda hay un arcosolio, abierto en el siglo XVIII para colocar una pequeña capilla, que fue reformada también en 1954, colocando en ella el actual altar y un relieve representando una escena de la liberación milagrosa de unos cautivos, flanqueados por unas simbólicas cadenas.
LAUDAL SEPULCRAL
El claustro bajo del monasterio está cubierto con un techo de madera plana que se denomina alfarje con su estructura a la vista. Está formada por una sucesión de vigas maestras o jácenas, que apoyan en el muro interno y en la panda exterior del claustro, y vigas transversales o jaldetas, de menor escuadría, entre las que se colocan tablazones de madera. Toda la estructura en Silos está pintada y algunas partes están también labradas con motivos geométricos (cara inferior de las vigas y tablazón). Las escenas pintadas que recubren las vigas principales, las tabicas (tablas situadas entre los huecos que dejan las vías al entrecruzarse), las tablazones que hay por encima de ellas y los de unión con los muros constituyen todo un catálogo de más de seiscientas representaciones de temas religiosos y profanos, predominando estos últimos con escenas de la vida cotidiana, temas caballerescos y temas amorosos. Se ha considerado que la fuente para la realización de estas escenas posiblemente sea el Libro de Buen Amor o Libro de los Cantares del Arcipreste de Hita -escrito h. 1330-1343-, que contiene una amplia colección de narraciones y composiciones poéticas: fábulas, ejemplos y moralejas, alegorías, cantares, cantigas de ciegos, poemas líricos profanos y religiosos.
En las tablas situadas entre las jaldetas o vigas transversales se pintan repetitivamente los escudos de los benefactores del monasterio en este momento: el rey castellano Juan I (león sobre fondo blanco, castillo en fondo rojo), el obispo de Burgos don Gonzalo Mena y Roelas (cinco estrellas de oro en campo azul de los Menas y ocho roeles de plata sobre campo rojo del segundo linaje) y otro blasón integrado por un árbol rodeado con una orla con flores de lis.
Las escenas y motivos iconográficos se representan en las caras de las vigas principales y en los aliceres –tablazón colocado junto a los muros-. Están encuadradas en arcos mixtilíneos, formados por una orla adornada con óvalos blancos con perlas rojas. Los motivos vegetales completas los laterales de las escenas y rosetas talladas las tabicas.
Algunas de las representaciones están realizadas para contemplarse de forma individualizadas, pero otras forman una escena continuada en las diferentes viñetas cobijadas por los arcos mixtilíneos a lo largo de una viga. Dos ejemplos destacados son la representación de la Adoración de los Reyes Magos y la representación de la parodia de las Horas Canónicos del Libro de Buen Amor, escenas del lobo y el asno, con un carácter crítico y finalidad moralizante. A las representaciones religiosas como los Gozos de Santa María, hay que sumar la representación de trotaconventos, jóvenes en actitudes amorosas, monjes y monjas de distintas órdenes, músicos con diversos instrumentos, caballeros y cazadores, arpías, oficios, como la hilandera, guerreros con espadas a caballo o a pie con ballesta, representaciones de tauromaquia con enfrentamientos frente a un toro a pie o a caballo.
A pesar de la aparente unidad del alfarje su ejecución se hizo en varias etapas y por varios artistas. Las partes más antiguas están catalogadas entre 1366 y 1384 y se localizan en las galerías norte y occidental del claustro; su decoración figurativa es minuciosa y bien proporcionada. En el año 1384 el monasterio sufrió un incendio y se tuvo que reconstruir parte del alfarje, a ese momento corresponde la galería sur con diferencias en la forma de representar árboles, animales, escudos de armas familiares y otros detalles decorativos. Toda la galería oriental y parte de la galería norte se rehízo entre los años 1888 y 1890, cuando los monjes franceses desmontaron todo el alfarje para atirantar las paredes del claustro y evitar su desplome y ruina; todos los extremos de las vigas llevan introducida una pletina en forma de T sujeta con tres tornillos, y la cabeza de la pletina va introducida en ambas paredes, actuando así de tirantes. También se han incrustado diversas tablas pintadas a finales del siglo XV, que pudieron estar en la sala capitular, en algunos remates de la galería norte.
ALFARJE