Coruña del Conde | Burgos

CIUDAD ROMANA
DE CLUNIA

Romano

En el término municipal de Peñalba de Castro, sobre un gran cerro de superficie amesetada  delimitado por los valles del Arandilla y del Espeja, se encuentran las ruinas de la ciudad romana de Clunia. El lugar era conocido desde antiguo, en el siglo XVIII algunos eruditos ofrecen los primeros datos a cerca de las ruinas, sin embargo, no fue hasta los años 30 del siglo XX cuando comenzaron los primeros trabajos de investigación arqueológica sistemática en el yacimiento.

La ciudad romana de Clunia toma parte de su nombre de la población indígena preexistente, ubicada según los hallazgos arqueológicos al otro lado del arroyo Arandilla, en el denominado Teso del Cuerno. Los romanos mencionaban a las poblaciones de este territorio, al que denominaban Clounioq , como pertenecientes a la tribu de los arévacos.

Sometida por Roma en el año 55 a C., inmediatamente se traslada a la población al solar de Clunia , iniciándose así la historia de una de las ciudades más importantes entre las poblaciones romanas de la provincia Tarraconense.

El conocimiento que tenemos de Clunia a través de las fuentes clásicas se debe, entre otros, a Tito Livio que menciona el asedio de la ciudad con motivo de las guerras sertorianas (año 75 a C.). Otros historiadores como Dión Casio la nombran en algunos episodios bélicos de la conquista romana de la meseta. Además, es citada en los itinerarios de la época como uno de los lugares por los que se transitaba para ir de Asturica Augusta, actual Astorga, a Caesaraugusta, actual Zaragoza. La principal vía romana que transcurre por el norte la Península Ibérica.

En el siglo I, en época del emperador Tiberio, es ya un municipium y acuña monedas y con Claudio, como capital de Convento Jurídico, administra un territorio extensísimo. Un hecho extraordinario en su devenir histórico tiene como protagonista al emperador Galba. Este gobernador de la provincia Tarraconense se refugia en Clunia cuando se rebela contra Nerón y es en esta ciudad, en el año 68 de nuestra era, muerto el emperador, en la que se corona a sí mismo emperador con el apoyo de la legio VI Victrix. De Galba deriva su nominación definitiva como Colonia Clunia Sulpicia, este último un epíteto de la familia de este personaje.

Las cumplidas excavaciones arqueológicas manifiestan la existencia de una rica y próspera ciudad hasta el siglo III, momento en que la crisis generalizada del Imperio provoca su relativa decadencia. Florece fugazmente de nuevo en época de Constantino (siglo IV) para ser definitivamente abandonada hacia finales del VII.

EL YACIMIENTO Y SU VISITA

El itinerario comienza en la periferia de la urbe romana, en el gran teatro excavado en la roca situado junto a la carretera de acceso a la plataforma del cerro, para, más adelante, recalar en los edificios de las Termas, la casa de Taracena y el Foro Imperial.

EL TEATRO ROMANO

Desde la entrada al recinto nos dirigiremos en primer término al teatro romano, uno de los más grandes de la Península Ibérica, con capacidad para más de ocho mil espectadores. Situado en un área alejada del centro urbano, sobre una ladera de pendiente pronunciada, conserva una parte importante del graderío en las zonas media y superior, donde se construyó tallado en la roca, a la manera griega. Los estrados inferiores han desaparecido, puesto que se trataba de una obra de mampostería que seguramente fue desmantelada tras el abandono de la ciudad.

El muro de la escena conserva los cimientos de tres puertas. Elaborado mediante encofrado de hormigón opus caementicium y espigones de cantería aparece desnudo de ornamentación, aunque en origen estaría revestido de piedra bien trabajada. Parece que el teatro se levanta en el siglo I d. C., en época de los emperadores de la familia Julio-Claudia. Una losa con una inscripción descubierta en la orchestra nos habla de una reforma del teatro promovida por un edil  de la ciudad en el año 169 d.C. La piedra rectangular tiene en el centro una argolla metálica que serviría para atar en ella animales salvajes mediante cuerdas o cadenas en los espectáculos circenses. El testimonio tiene extraordinario interés,  puesto que nos confirma que el teatro habría perdido su función inicial de lugar de representación de espectáculos escénicos, parcial o totalmente, a partir de la segunda mitad del siglo II.

LAS TERMAS. EDIFICIO DE LOS ARCOS I

Las ciudades romanas, sobre todo las importantes, ofrecían a sus ciudadanos una serie de servicios hasta entonces desconocidos para las poblaciones indígenas. Así, los romanos podían disfrutar de baños públicos conocidos con el nombre de Termas. En el caso de Clunia se conocen dos instalaciones  de baños públicos. Uno de ellas es un espectacular edificio que consta de diversas dependencias simétricas a las que se accede mediante un espacio abierto de grandes proporciones que, en sus dos lados mayores, está flanqueado por dos palestras o gimnasios que, además, se usaban como zona de recepción en las que se pagaba la entrada y se vendían perfumes. Este espacio daba paso a las dependencias de los baños propiamente dichas: dos vestuarios o apoditeria, decorados con mosaicos polícromos con temas geométricos, dos habitaciones frías o frigidaria con pavimentos de mármol, las habitaciones templadas o tepidaria y una sala central caliente o caldarium, etc. Esta duplicación de las estancias termales respecto de un eje axial responde muy probablemente a una distribución por sexos, existiendo un área para su uso por hombres y otro para el de mujeres.

El edificio se levantó en la segunda mitad del siglo II d. C., tal y como se deduce del estudio de los mosaicos y los pavimentos de mármol, aunque ya existía un edificio termal más sencillo en este lugar desde un siglo antes.

LAS TERMAS DEL EDIFICIO DE LOS ARCOS II

Se trata de un conjunto de estructuras situadas muy cerca de Los Arcos I. Del edificio conocemos el apoditerium, esto es, una habitación que se utilizaba como vestuario. El espacio presenta una planta octogonal inscrita en un cuadrado y debió poseer una cubierta mediante cúpula y un pavimento de mosaico con franjas en blanco y negro. De esta habitación se pasaba a un frigidarium o sala fría, de planta rectangular y ábside semicircular con una piscina a los pies, que da paso al tepidarium o sala templada, de planta rectangular, y de aquí a un caldarium o sala caliente, de planta similar a la habitación fría pero con dos piscinas, una a los pies y otra en el ábside o exedra.

Para completar el baño romano había que recorrer las diferentes estancias, remojándose y realizando inmersiones en las pequeñas piscinas allí instaladas. El proceso completo es extraordinariamente beneficioso para la salud. Aparte de liberar tensiones, ayuda a la circulación de la sangre, abre las vías respiratorias, elimina toxinas de la piel y la mantiene hidratada.

Los romanos se reunían en los baños públicos por la tarde. Allí se juntaban con sus amigos, cerraban negocios, hacían deporte o leían en la biblioteca.

LA CASA DE TARACENA

Como ocurre en todas las ciudades romanas, en Clunia también existía una zonificación clara según las diferentes clases sociales que habitaban la urbe. En uno de los mejores sectores de la ciudad, en el entorno del foro, se excavó y estudió una auténtica casa-palacio de época romana decorada con extraordinarios mosaicos geométricos. Es una vivienda de planta compleja de centenares de metros cuadrados, dividida en tres áreas diferentes. La primera, al fondo del edificio, posee pocos espacios abiertos a excepción de un peristilo, esto es, el patio porticado al que se abren las habitaciones. La zona central es de planta rectangular con cuatro patios en forma de cruz y ella se encuentran las habitaciones principales, entre las que destacan un triclinium o comedor de verano pavimentado con mosaico y un oecus o habitación principal que presenta una cabecera en forma de herradura. Al sur de éstas, existen otras habitaciones de servicio construidas sobre un criptopórtico con cisternas, depósitos de agua, cocinas y dependencias domésticas.

La construcción de este auténtico palacio tuvo lugar en el siglo I d. C., siendo renovada en el II y arruinándose por completo en el siglo III. Una parte, la correspondiente a los dormitorios y comedores, fue nuevamente reconstruida y ocupada en el siglo IV d C. Para dar cumplida idea de su situación privilegiada en la ciudad comentaremos que esta lujosa vivienda se hallaba delimitada, al sur y al oeste, por las calles principales de la ciudad, el decumanus y el cardo.

EL FORO IMPERIAL

Los foros romanos eran el centro neurálgico de la vida administrativa, política, judicial, y comercial de las ciudades romanas. Por ello, en el foro se alzaban construcciones destinadas a albergar estas actividades: la basílica, los templos, el mercado, etc. Del gran complejo que constituía el foro romano de Clunia conocemos solo la parte correspondiente a su mitad este. El espacio estaba delimitado por una gran plaza rectangular de 150 metros de longitud y más de 100 metros de anchura que cerraba en uno de sus lados con la basílica, edificio destinado a la administración de justicia. La comunicación entre la plaza y este edificio se hacía  por unas puertas decoradas con jambas de mármol rojo procedente de Espejón, en la provincia de Soria.

En uno de los lados del gran complejo administrativo se encontraba la zona dedicada al comercio urbano. Se pueden ver  los cimientos de pequeñas tiendas paralelas adosadas al muro del foro, las tabernae. En ellas, con unas dimensiones de unos 7 por 9 metros, se advierten estancias de diversa funcionalidad. Hay un espacio con un mostrador de atención al público y un área de almacén.

Por su parte, los grandes templos que tuvo la ciudad se levantaron en los extremos de los lados cortos del foro. Uno se localiza al sureste y estaba dedicado seguramente a Júpiter. De él conocemos el podium con dos escaleras de acceso. El segundo templo estaba en el extremo opuesto, más allá de la basílica. Tiene planta rectangular y su dedicación nos es desconocida.

Junto al foro se ha excavado una vivienda romana con estancias pavimentadas con excelentes mosaicos geométricos.

 

MUSEO DE CLUNIA

Es aconsejable antes de la visita al yacimiento explorar el Museo localizado en las inmediaciones del teatro. En él se pueden contemplar diversos materiales arqueológicos hallados en las excavaciones, entre los que destaca una impresionante estatua de la diosa fortuna. En el museo hay un área destinada a Cueva Román, una cavidad no visitable que pasa por debajo de la ciudad. De sus acuíferos se aprovecharon los romanos mediante la acometida de multitud de pozos en superficie que daban servicio a las casas y barrios de la urbe. En un remoto espacio del entramado de galerías subterráneas se han hallado más de 70 esculturas romanas esculpidas en el barro. Esta parte de la cueva se interpreta como un probable santuario priápico

LOCALIZACIÓN

Para llegar al yacimiento es conveniente, desde Aranda de Duero, tomar la carretera hacia Peñaranda de Duero y Huerta de Rey. A unos 40 km se toma el desvío a Peñalba de Castro y desde aquí se accede a Clunia.

La visita de Clunia está sometida a horario.