Sésamo | Vega de Espinareda | León

PEÑA PIÑERA
PINTURAS RUPESTRES

Arte rupestre postpaleolítico

Peña Piñera es una estación de arte rupestre esquemático situada en las cercanías de la localidad berciana de Sésamo.

Se extiende en una longitud de cerca de un kilómetro sobre un farallón rocoso de altas paredes verticales, visible a varios kilómetros de distancia. Se han documentado hasta la fecha 351 representaciones prehistóricas pintadas, repartidas en ocho conjuntos distribuidos en varios paneles y algunas figuras aisladas.

Su cronología abarca desde los inicios de la Edad de los metales, el Calcolítico, hasta finales de la Edad de Bronce y comienzos de la I Edad del Hierro, entorno al año 1000 a C., Una amplísima cronología que comprende diferentes culturas y que viene a demostrar cómo este paraje atrajo durante miles de años a los hombres prehistóricos para plasmar en sus paredes manifestaciones artísticas. El lugar seguramente era un referente espacial y cultual para las comunidades prehistóricas. Si tenemos en cuenta que este tipo de representaciones se considera que tienen carácter religioso, el paraje sería el espacio en el que se reunirían para celebrar ceremonias y ritos cultuales. Un dato más en apoyo de esta hipótesis son los ídolos representados en varios paneles.

La temática de los motivos pintados es muy variada, si bien los antropomorfos esquemáticos de cabeza circular – vacía en el centro- se hallan presentes en casi todos los conjuntos conocidos. Es una representación de la figura humana que también es frecuente en enclaves con arte rupestre muy alejados de la estación de Peña Piñera, como la zona burgalesa de Silos –Cueva de San García-, los petroglifos del Tajo o los asturianos de Boal.

Existen otras figuras humanas en forma de barra, orantes, con los brazos en asa, o en “Y” griega. Algunas figuras parece que portan tocados y armas.

Son igualmente comunes los motivos zoomorfos, normalmente cuadrúpedos, los ídolos, las digitaciones, los ramiformes, los ancoriformes, los motivos en forma triangular, etc.

En algunos casos se advierte la existencia de asociaciones especiales, entre las que sobresale el panel b del conjunto C. En un reducido espacio aparecen seis antropomorfos de vacío central en la cabeza y varios zoomorfos a su alrededor. Se especula que puede ser una cacería o en su defecto una escena de pastoreo.

LA VISITA

Para acceder a las pinturas hay que seguir un itinerario señalizado desde la localidad de Sésamo. El camino conduce hasta en las inmediaciones del Corral de los lobos y el merendero donde unos carteles explicativos nos muestran una caracterización general de esta estación rupestre.

Desde aquí parte una pista, también señalizada. Tras recorrerla aproximadamente un kilómetro llegamos al Mirador de Peña Piñera, ubicado justo encima del farallón que alberga la estación rupestre. El cortado rocoso forma un friso de unos 15 a 20 metros de altura separado en tres frentes, de los que el central y el situado más al norte contienen la mayor parte de los conjuntos pictóricos El acceso a las cuarcitas pintadas está indicado y señalizado. Recientemente se han renovado los paneles explicativos de los conjuntos pictóricos más significativos. 

Junto a las manifestaciones pictóricas, en el mismo roquedo y formando parte del itinerario de visita, hay un cortado en la roca que tiene su origen en las explotaciones romanas en busca de las vetas de cuarzo de las que obtenían el oro.

A poco mas de 200 metros al norte del enclave en el que se encuentran las pinturas rupestres hay otro interesante recurso arqueológico del municipio de Vega de Espinareda. Se trata del castro de Peña Piñera. Se alza a más de 1000 metros de altura, lo que supone un rasgo de excepcionalidad en el conjunto de recintos fortificados de la provincia de León. El castro está protegido por más de dos kilómetros de murallas que rodean el alto y que acogen más de doce hectáreas de superficie. Es hasta la fecha el castro en altura más extenso de los conocidos en León.

Prácticamente tres de sus lados están definidos por farallones rocosos, al este y oeste imponentes acantilados. La defensa natural se remata de norte a sur por cinco murallas que van de este a oeste hasta el extremo norte del recinto. Aquí se sitúa la acrópolis, de tendencia circular y a su vez rodeada de una formidable muralla. Recientes excavaciones han deparado algunos materiales arqueológicos, principalmente metálicos, que sugieren que es un asentamiento castreño habitado en el siglo I después de Cristo y por tanto ocupado desde época romana.

LOCALIZACIÓN Y VISITA